Entendemos perfectamente que los ejercicios de Kegel pueden ser difíciles de hacer bien. No es fácil encontrar los músculos del suelo pélvico, y mucho menos aislarlos y ejercitarlos correctamente. Y, por si fuera poco, es fácil cometer errores que pueden frenar tu progreso e incluso causar daños en tu suelo pélvico.

Publicado el 28º noviembre 2024

Entendemos perfectamente que los ejercicios de Kegel pueden ser difíciles de hacer bien. No es fácil encontrar los músculos del suelo pélvico, y mucho menos aislarlos y ejercitarlos correctamente. Y, por si fuera poco, es fácil cometer errores que pueden frenar tu progreso e incluso causar daños en tu suelo pélvico.

Al igual que con otros ejercicios, tu estado de forma es crucial para realizar el ejercicio de forma segura y correcta. Entonces, ¿cómo saber si estás haciendo los ejercicios de Kegel correctamente y qué errores deberías tener en cuenta? Hemos enumerado 5 de los errores más comunes que cometen las mujeres al hacer ejercicios de Kegel, cómo detectarlos y cómo dejar de cometerlos.

  1. Usar los músculos equivocados

Cuando estás probando los ejercicios de Kegel por primera vez, puede ser bastante difícil tratar de encontrar tu suelo pélvico y aprender a ejercitarlo. Muchas mujeres, cuando están empezando, tienden a contraer sus abdominales o glúteos en lugar de su suelo pélvico y por lo tanto no terminan de ver resultados.

Un método para localizar el suelo pélvico es detener el flujo de orina cuando estás en el baño. Los músculos que se utilizan para ello son los del suelo pélvico, así que ahora ya sabes dónde están y cómo contraerlos. Este es un método eficaz para localizar los músculos del suelo pélvico, pero no debes utilizarlo como una forma de realizar los ejercicios de Kegel. Detener el flujo de orina antes de terminar puede hacer creer a tu cuerpo que es lo que debe suceder todo el tiempo, y a su vez puede llevar a desarrollar incontinencia u otra disfunción urinaria.

Otro método para asegurarte de ejercitar los músculos correctos es usar un entrenador de suelo pélvico con biorretroalimentación. Elvie Trainer te permite monitorizar los movimientos pélvicos del suelo en tiempo real y te ayuda a identificar y mejorar tu técnica. Esto significa que puedes ver si estás haciendo los ejercicios de Kegel correctamente sin tener que intuirlo, y podrás hacer un seguimiento de tu progreso a medida que tu suelo pélvico se fortalezca.


2. Meter la pelvis hacia dentro

La forma física es tan importante para los ejercicios de Kegel como para otros ejercicios. Esto significa que ejercitar el suelo pélvico sin prestar atención a la posición del cuerpo hará que sea menos eficaz.

Para hacer un ejercicio de Kegel correctamente, primero debes asegurarte de que la vejiga esté vacía y luego acostarte. Respira profundamente para relajarte y, al espirar, aprieta el suelo pélvico hacia dentro y hacia arriba. Mantén la contracción de 3 a 5 segundos y, a continuación, suelta y descansa 5 segundos. Mientras lo haces, concéntrate en la posición de tu cuerpo e intenta asegurarte de que no estás metiendo la pelvis hacia dentro.

Al meter la pelvis hacia dentro, parecerá que se facilitan los ejercicios de Kegel, pero no se ejercitan los músculos correctos y el progreso se ve obstaculizado. Tienes que crear un movimiento de alzado a la vez que aprietas. Una de las formas más comunes de conseguirlo es visualizar que estás levantando un arándano con la vagina.


3. Contener la respiración

Al igual que con otros ejercicios, contener la respiración mientras se realiza puede hacer que no se aproveche tanto el ejercicio. Esto suele deberse a que afecta negativamente la postura y reduce el suministro de oxígeno a los músculos, aunque para los ejercicios de Kegel hay un factor adicional.

Al contener la respiración mientras haces los ejercicios de Kegel, crearás un aumento en la presión intrabdominal. Esta presión te hará sentir apretada y, con la sensación de que los ejercicios de Kegel realmente están funcionando. Sin embargo, en realidad está ejerciendo presión sobre tu suelo pélvico y esta presión puede conducir a una disfunción pélvica.​

La forma más fácil de solucionar este problema es simplemente darse cuenta de que se trata de un problema. La mayoría de nosotras contenemos la respiración sin darnos cuenta, así que céntrate en mantener un patrón de respiración. Esto no solo evitará que contengas la respiración, sino que también te ayudará con la postura y la eficacia general de los ejercicios de Kegel.​


4. Ejercitarte de más

Puede ser fácil ejercitarse de más cuando se hacen los ejercicios de Kegel. El suelo pélvico es un grupo de pequeños músculos que hacen movimientos pequeños y sutiles, y no están pensados para ser sometidos a grandes tensiones. 

Se recomienda mantener una contracción entre 3 y 5 segundos antes de soltar, descansar entre 3 y 5 segundos y, a continuación, repetir. Este proceso se debe realizar 10 veces y se puede hacer hasta 3 veces al día.

Tu suelo pélvico necesita descansar para repararse y fortalecerse. Mantener las contracciones durante demasiado tiempo o hacer más de 3 ejercicios al día no dará a tu suelo pélvico el tiempo que necesita para repararse y puede terminar causando daños.​


5. Ser demasiado paciente para obtener resultados

Si estás haciendo los ejercicios de Kegel correctamente, deberías ver resultados aproximadamente en una semana. Si no ves resultados, podría deberse a una de estas dos cosas:

  1. No estás haciendo los ejercicios de Kegel correctamente

  2. Es posible que los ejercicios de Kegel no puedan ofrecerte los resultados que deseas

Puede ser interesante hablar con un médico en este momento, ya que podrá aconsejarte si los ejercicios de Kegel te benefician, o si tal vez un ejercicio diferente se adapta mejor a tus objetivos. Por ejemplo, si tienes dolor pélvico y utilizas los ejercicios de Kegel como forma de reducir ese dolor, por desgracia no vas a ver resultados. Los ejercicios de relajación y los patrones de respiración utilizados para relajar los músculos serán más eficaces.

 La información médica contenida en este artículo se ofrece únicamente como recurso informativo y no debe utilizarse ni fiarse de ella con fines de diagnóstico o tratamiento. Consulta a tu médico para que te oriente sobre una condición médica específica.